Desde hace años se sabe que la obesidad aumenta el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. En el año 2001, expertos de la Sociedad Americana contra el Cáncer concluyeron que la obesidad estaba directamente relacionada con el cáncer de colon, mama, endometrio (el revestimiento interno del útero), riñón y esófago. Estudios clínicos también han indicado que existen enlaces signficativos entre la obesidad y el cáncer de la vesícula biliar, hígado, próstata, ovarios, páncreas y Linfoma no Hodking.
En Estados Unidos, cada año se detectan 41,000 casos nuevos de cáncer relacionados directamente con obesidad. Personas obesas tienen una mayor probabilidad de morir a consecuencia de un cáncer. La obesidad es responsable por lo menos del 20% de muertes por cáncer en mujeres y del 14% en hombres. La tasa de mortalidad por cáncer más alta que personas de peso normal. Se estima que 90,000 personas mueren al año por varios tipos de cáncer directamente relacionados con la obesidad.
El efecto de la obesidad sobre el riesgo de cáncer de mama se relaciona a la menopausia. Antes de la menopausia, las mujeres obesas tienen un riesgo menor de padecer cáncer de mama que mujeres no obesas. Sin embargo, después de la menopausia el riesgo es casi el doble de padecer este tipo de cáncer. Subir de peso durante la vida adulta es el indicador más consistente y más fuerte de riesgo de cáncer de mama. Se calcula que se poderían evitar cerca de 18,000 muertes por año por cáncer de mama si las mujeres mantuvieran un peso saludable.
La obesidad es responsable de alrededor de 40% de los casos de cáncer de endometrio. También se ha descrito que personas obesas tienen un riesgo 84% más alto de padecer cáncer de riñón que personas de peso saludable. Por otro lado, el aumento de la presión abdominal provoca reflujo de ácido hacia el esófago, por lo que personas obesas tienen dos veces más riesgo de padecer cáncer de esófago y estómago. El riesgo elevado de padecer cáncer de la vesícula biliar está relacionado a una mayor frecuencia de cálculos en personas obesas, considerados como un factor fuerte de riesgo de padecer cáncer de la vesícula.
La buena noticia es que bajar de peso puede reducir el riesgo de cáncer. Un estudio publicado en por un grupo de investigadores de la Universidad McGraw Hill de Montreal demostró que pacientes que se someten a cirugía de reducción de peso reducen significativamente el riesgo de padecer cáncer hasta en un 80%. El beneficio es en varios tipos de cáncer, incluyendo páncreas, piel, útero y Linfoma no Hodking. Particularmente se vio una reducción de riesgo de padecer cáncer de mama (85%) y de colon (75%). Similares resultados se han visto en reducción de el riesgo de muerte por problemas cardíacos y diabetes en pacientes sometidos a cirugía de obesidad.
La obesidad es la segunda causa más frecuente de muertes prevenibles en Guatemala debido a que está directamente relacionada a la diabetes, presión alta, síndrome metabólico, apnea del sueño y muchas otras enfermedades incluyendo el cáncer. Independientemente del tipo de cirugía de reducción de peso (cirugía bariátrica), la pérdida de peso resulta en una resolución completa de la mayoría de enfermedades asociadas a la obesidad en más del 80% de los pacientes. En el resto de pacientes, estas enfermedades mejoran considerablemente luego de bajar de peso. Por consiguiente, no se trata de una cirugía estética, se realiza por salud, pero los resultados estéticos van de la mano.
Our digestive system is designed as a one-way street: food goes from our mouths to the esophagus and into the stomach, where the digestion begins, and the nutrients reach the intestines where they are absorbed into the blood. Esophageal reflux occurs when part of the stomach contents (like food, gastric acid, bile, etc.) return to the esophagus.
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